Oracion a La Sangre de Cristo Por Los Hijos,

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❤🩸🔥ORACIÓN DE LA SANGRE DE CRISTO POR LOS HIJOS Señor Jesús, te invoco con todo mi amor para que a través de la preciosa sangre que derramaste por nosotros:   Selles a mis hijos (nombres).   Selles sus cuerpos y sus mentes, su salud física y mental, su vitalidad y su energía.   Selles los caminos por los que transiten y los vehículos en los que se muevan, para que lo hagan solo por lugares seguros.   Selles sus compañías y sus relaciones, para que sean las más sanas, armoniosas y enriquecedoras.   Selles sus proyectos, sus trabajos, sus negocios y finanzas, para que sean siempre prósperos.   Selles su casa, su hogar, los lugares que visiten, para que estén protegidos con el círculo de tu preciosa sangre.   Selles sus enemigos, para que se alejen para siempre.   Selles su integridad física, para que sean invisibles ante cualquier fuerza maligna que pueda dañarlos.   Selles su amor a Dios, para que siempre esté presente en sus cor...

Hoy la Iglesia Celebra a Santos Apóstoles Felipe y Santiago

Hoy, 3 de mayo, la Iglesia recuerda a los santos apóstoles Felipe y Santiago, a quienes Jesús convocó para formar parte del grupo de sus discípulos más cercanos, los Apóstoles. Ambos coronaron el anuncio del Evangelio a través del martirio, como signo de fidelidad absoluta a su Maestro, Jesús de Nazaret.

Felipe nació en Betsaida y fue discípulo de Juan el Bautista. Fue uno de los primeros a quien llamó Jesús. Él fue quien preguntó al Señor: “¿Cómo vamos a darle de comer a tanta gente?” (Jn 6, 5-7) preocupado por aquellos que siguieron al maestro. A él se dirigió un grupo de paganos que deseaban conocer al Señor (Jn 12, 20-22). Además, Felipe fue quien le pidió a Cristo que le “muestre al Padre” (Jn 14, 8-11) en la última cena.

Después de la Ascensión, Felipe recibió el Espíritu Santo en Pentecostés, junto con los otros apóstoles y la Virgen María. Posteriormente partió a la región de Frigia (actualmente Turquía, Hungría, Ucrania y el Este de Rusia) para anunciar la Buena Noticia a las gentes de esas tierras.

San Felipe fue apedreado y crucificado en Hierápolis, donde murió. En el siglo VI las reliquias del Apóstol fueron llevadas a Roma y colocadas en la Basílica de los Doce Apóstoles. El martirologio de la Edad Media celebraba su fiesta el 1 de mayo pero posteriormente se desplazó la fecha al 3 de mayo.

Por su parte, Santiago es llamado en la escritura el “Hijo de Alfeo”, y también se le conoce como “El primo del Señor” porque su madre era pariente de la Virgen. A él se le atribuye la autoría de la primera epístola católica. Precisamente allí está consignada uno de los principios más importantes para la vivencia de nuestra fe: “La fe sin obras, está muerta”.

También encontramos en los Hechos de los Apóstoles menciones a este apóstol, como aquella en la que se señala que era muy querido por la Iglesia de Jerusalén y que lo llamaban “el Obispo de Jerusalén”. San Pablo lo menciona en su carta a los Gálatas, al lado de San Pedro y San Juan. Además, el Apóstol de Gentes comenta que después de su conversión fue a visitar a Pedro, pero no encontró a ningún discípulo sino a Santiago. Incluso en la última visita de San Pablo a Jerusalén, este fue directamente a su casa, donde se reunió con todos los jefes de la Iglesia de Jerusalén (Hech. 21,15).

La gente lo llamaba: “El que intercede por el pueblo”, porque, según la tradición, oraba siempre pidiendo perdón a Dios por los pecados de su pueblo.

Una antigua tradición recoge también un episodio en el que Santiago fue causa de escándalo entre los fariseos y escribas. Por ello, el Sumo Sacerdote Anás II, aprovechando la concurrencia que se presentaba en la fiesta judía, lo interpeló diciendo: “Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que Jesús no es el Mesías o Redentor”. Ante este pedido, Santiago respondió: “"Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios".

Los sumos sacerdotes enfurecidos por su respuesta -pues temían que todos los judíos se convirtieran al cristianismo- mandaron capturar a Santiago y lo llevaron a la parte más alta del templo. Desde allí lo echaron hacia el precipicio. El apóstol cayó de rodillas y murió mientras repetía las palabras de Cristo: “Padre Dios, te ruego que los perdones porque no saben lo que hacen".

Más información:

Tomado de ACI PRENSA  & CHURCH POP ESPAÑOL

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