Hoy Celebramos a Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús

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Desde el año 1541, cada 22 de abril, se celebra la fiesta de Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús. Se trata de una advocación mariana que nació en el círculo de los primeros jesuitas, liderados por San Ignacio de Loyola, cuya devoción se ha extendido a toda la Iglesia impulsada por la presencia e importancia de la Compañía de Jesús para la catolicidad. El 22 de abril de 1541, los primeros jesuitas realizaron los votos solemnes (pobreza, castidad y obediencia) ante la imagen de Santa María Virgen ubicada en la basílica romana de San Pablo de Extramuros. Aquél día quedó sellado el vínculo entre la Madre de Dios y el alma jesuítica; vínculo que había marcado la conversión del mismo Ignacio y de los hombres que se fueron uniendo al proyecto. El veintidós de abril He aquí parte del relato de lo sucedido aquel día. Estuvieron presentes San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, y los miembros del grupo inicial (Salmerón, Laínez, Broet, Jay y Codure): “C

Hoy 5 de Agosto: Se celebra a la Virgen de las Nieves y recordamos el milagro de la nieve en el verano

Cada 5 de agosto se celebra la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves, advocación mariana proveniente de los primeros siglos de la era cristiana.

Durante el siglo XIV las festividades dedicadas a la Virgen se realizaban solo en Roma, pero a partir del siglo XVII se extendieron universalmente por voluntad del Papa San Pío V.

El amor de los esposos, don para la Iglesia

De acuerdo a una antigua tradición, en el siglo IV, habitaba en Roma una piadosa pareja de esposos que se reconocía bendecida por la fe en Cristo y porque Dios les había concedido muchos bienes materiales. Sin embargo, no tenían hijos con quienes compartir esos dones.

Por años rezaron pidiendo al Señor que los bendijera con un hijo a quien amar y heredar sus posesiones, pero parecía que Dios no los escuchaba. Finalmente, tomaron la decisión de nombrar a la Virgen María como “heredera” y dejar sus riquezas a la promoción de su culto.

En respuesta, la Madre de Dios se les apareció una noche de verano, el 4 de agosto, y les dijo que deseaba que se construyera una Basílica en el Monte Esquilino, una de las siete colinas de Roma. La señal para encontrar el lugar propicio, dijo la Virgen, sería donde hallaran el suelo cubierto por una nevada. Sin duda, esto parecía -dado el ardiente verano del hemisferio norte- poco menos que un absurdo.

Mientras tanto, la Virgen María se mostraba empeñada en su propósito: se le apareció también al Papa Liberio, dándole el mismo mensaje.  

La nieve fue la señal

Al día siguiente, 5 de agosto, mientras el sol de verano hacía arder el suelo romano, la ciudad entera se quedó admirada al ver sobre el Monte Esquilino un área cubierta de nieve. Al lugar acudieron los esposos, felices por la bendición otorgada por la Virgen, así como el Sumo Pontífice, quien hizo lo mismo en solemne procesión.

La nieve cubría el espacio que debía ser utilizado para construir el templo. El Papa Liberio ordenó trazar el perímetro antes de que la nieve desapareciera. El mismo Papa ayudó en el trazo, y después en la colocación de las primeras piedras para la construcción de la futura Basílica. Los esposos se acercaron al Pontífice y ofrecieron contribuir financiando la construcción.

Nuestra Señora de las Nieves

Años después, en el siglo V, tras el Concilio de Éfeso en que se proclamó a María como Madre de Dios, el Papa Sixto III erigió la actual Basílica sobre la iglesia precedente. Con el tiempo se han hecho remodelaciones, restauraciones, ampliaciones y nuevas edificaciones, pero siempre se ha mantenido el espíritu de aquellos esposos que dieron su fortuna en honor a la Santísima Virgen.

Los fieles para conmemorar este famoso milagro, en cada aniversario lanzan pétalos de rosas blancas desde la bóveda de la Basílica durante la celebración de la Eucaristía.

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